La exposición de los conflictos, en una nueva escalada mediática entre Wanda Nara y Mauro Icardi, pone en evidencia algo mucho más profundo: la fragilidad de los vínculos cuando los adultos olvidan su rol protector frente a la infancia.

No es el conflicto lo que daña, sino su modo de gestión. Los hijos no deberían ser el campo donde se libran batallas personales, ni testigos forzados de tensiones que no les corresponden.

¿Qué lugar ocupa el cuidado cuando el enojo se vuelve protagonista?

Si los adultos se enfrentan sin límites, ¿quién cuida a quienes aún no tienen herramientas para protegerse?

Aborda este tema: Lic. Silvia Sánchez Zoppi
Licenciada en Acompañamiento Terapéutico profesional para el desarrollo humano
Mediadora judicial – Consultora psicológica – Especialista en vínculos y habilidades sociales